Imagina que tienes algo soñado al alcance de tu mano. A veces, lo mejor se encuentra a unos metros…
Sabía de la existencia de PLANTA, pero no lo suficiente para comprender el valor tan preciado que se encuentra en el complejo industrial de Sorigué, a solo 10 minutos de mi ciudad natal, Balaguer. Allí, donde viven mis padres y mis amigos, los de toda la vida.
De pequeña y hasta la adolescencia, Balaguer siempre fue un patio de juegos. Crecí entre sus calles tranquilas, sus paisajes agrícolas, y esa sensación de que poco cambiaba con el paso del tiempo, excepto la naturaleza con sus paisajes en constante cambio en cada estación.
Había oído rumores sobre PLANTA, pero era difícil imaginar que en nuestra tranquila comarca se encontrara uno de los centros de arte contemporáneo y arquitectónico más importantes del país y del sur de Europa. Hoy en día, Balaguer está vibrando con nueva energía y vitalidad, y estoy encantada cada vez que vuelvo a ponerme al día con todo lo que está ocurriendo.
Chiharu Shiota - In the beginning was...
Finalmente, llegó el día. Llamé y conseguí un pase de prensa para visitar el espacio, con la esperanza de escribir un artículo más detallado para Eneaverso, la revista en la que soy columnista. Ese domingo me PLANTÉ sola en PLANTA, y nunca mejor dicho, en ese espacio donde conviven el arte con la actividad extractiva y los procesos industriales tradicionales. Al llegar, me di cuenta de la magnitud y la belleza que ese espacio tiene para ofrecer.
Anselm Kiefer - Kiefer Pavilion
PLANTA es un espacio dedicado a la creación artística contemporánea, y a través de la colección de la Fundació Sorigué, alberga un conjunto de obras de artistas de prestigio internacional. La experiencia de caminar entre los sites-specific, esos espacios únicos en el mundo, es sencillamente extraordinaria. Allí se encuentran piezas de reconocidos artistas como Anselm Kiefer, William Kentridge, Juan Muñoz y Bill Viola.
Juan Muñoz - Double Bind
Conocí la obra de Anselm Kiefer hace dos años en la Biennale de Venecia y desde entonces se ha convertido en mi artista favorito. Ver sus obras en ese entorno tan particular fue una experiencia increíble. Las enormes instalaciones de Kiefer, cargadas de simbolismo y profundidad, parecen dialogar con el paisaje circundante, creando una conexión única entre arte - naturaleza y el paso del tiempo. Kiefer es el único artista vivo que expone en el Louvre, y su presencia es un testimonio de su relevancia y maestría.
Ese día conocí a gente encantadora. Algunos de ellos, del mundo empresarial y aficionados al arte, me invitaron a compartir una comida con ellos en el campo. Fue una experiencia inolvidable, ya que teníamos mucho en común.
Al final del día, mientras volvía a Madrid, me di cuenta de que PLANTA no es solo un espacio de arte. Es un puente entre el pasado y el futuro, un lugar donde la creatividad florece en medio de lo cotidiano, y donde lo extraordinario está a unos metros de distancia. Un orgullo en la tierra donde crecí.
Amar el origen, la belleza, lo que te rodea… y que esos sueños que parecen lejanos pueden estar al alcance de nuestra mano, en lugares donde menos lo esperamos.
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