Ahora mismo estoy en un tren. Siempre he pensado que es un buen lugar para reflexionar y escribir, como un avión, un sitio en el que nunca he comprado wifi.
Me frustra y, a la vez, me alegra que internet no funcione bien en el tren de alta velocidad. Me alegra porque, sin estos momentos, me resultaría difícil parar, hacer un balance de cómo me están yendo las cosas y poner en orden mis ideas.
El tiempo es lluvioso, y dicen que así está en toda España. Nunca he sido muy nostálgica, pero he vuelto a ver fotos de Sri Lanka y me he dado cuenta de que echo de menos la jungla y mi pelo rizado, ese ambiente tropical que saca otra versión de mí. Ni mejor ni peor, simplemente distinta, como un alter ego. En la ciudad soy otra.
Salgo de este viaje al pasado, abro TikTok y me encuentro con un video que dice lo siguiente:
Lo único que existe es el presente:
La gente espera todo el día para las 5:00h
Toda la semana para el viernes
Todo el invierno para el verano
Todo el verano para el invierno
Toda la secundaria para la universidad
Toda la universidad para un trabajo
Añado: Toda una carrera laboral para la jubilación
Y toda la vida para la felicidad
Siempre esperando “el momento adecuado”
¿Qué malo tiene el ahora?
Siempre estamos perdiendo el momento que tenemos delante al buscar otro
Toma la vida día a día, momento a momento
Ayer es historia
El mañana no está prometido
Pero ahora mismo…
Ahora mismo es un regalo. Por eso se llama el presente.
Miro por la ventana; estoy llegando a Barcelona. Hoy voy a ver a mis mejores amigas. Una será madre en diciembre, y mi mayor regalo es ser su madrina; la otra se casa en noviembre, y voy a ser su dama de honor. La vida sigue, y todo está bien en el ahora.
Buen fin de semana,
Iolanda
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